¿Cuáles son ejemplos en los que un subconsciente matemático obtiene un resultado después de un descanso de intentar conscientemente probar un teorema?

En realidad, casi cualquier idea, matemática o no, se origina en gran medida de manera no consciente, tanto cuando estás trabajando conscientemente en el problema como cuando no lo estás. Es un poco como elegir qué palabras usar al hablar: a pesar de que se te ocurren pensamientos conscientemente, su formulación con palabras ocurre inconscientemente, y luego puedes modificarlas conscientemente si así lo eliges.

Del mismo modo, con ideas creativas, establece un problema conscientemente, encuentra inconscientemente el andamiaje de una solución, rellena conscientemente los detalles de la misma manera que intenta reinterpretar un sueño extraño en la mañana como una secuencia de eventos, y luego verifica conscientemente que La solución es razonable. Si está buscando ejemplos de ideas en las que el pensamiento inconsciente era esencial para crearlas, la respuesta es prácticamente todas.

Sin embargo, es un poco exagerado decir que el subconsciente deriva el resultado. Es un poco más preciso decir que los procesos no conscientes proporcionan fragmentos de una idea que resulta ser la que conduce al resultado después de un pensamiento consciente.

Es cierto que tomar descansos, tanto los cortos como los largos, ayuda, pero es por una razón diferente: “Un problema no puede resolverse con la misma mentalidad que lo creó”. Un descanso le permite a su mente soltar ideas improductivas. (Si fueran productivos, habría resuelto el problema). Los fragmentos de ideas generados inconscientemente ya no intentan modificar un método malo para que funcione, sino que intentan encajar para crear algo nuevo.

En cuanto a tener certeza de que el resultado obtenido inconscientemente es correcto, eso es en gran medida irrelevante. Cualquiera con alguna introspección puede recordar varias veces en sus vidas donde se sintieron seguros acerca de algo pero se demostró que estaban equivocados. Sacar conclusiones de los informes de certeza inmediata de la gente (p. Ej., Amor a primera vista y su ejemplo con Poincare) es víctima del sesgo de supervivencia. A la gente le gusta hablar sobre momentos en los que estaban seguros de que tenían razón y resultaron ser más correctos de lo que les gusta hablar sobre momentos en los que estaban seguros de que tenían razón y resultaron estar equivocados.