Naturaleza vs crianza en la obesidad
La obesidad es una gran amenaza para la salud pública.
Si bien los cambios recientes en los patrones de obesidad en la población ciertamente están impulsados por cambios ambientales, la heredabilidad de la obesidad es extremadamente fuerte. Por lo tanto, los gemelos idénticos que se crían en diferentes familias, generalmente tendrán cantidades y distribución muy similares de grasa corporal en la vida adulta, con poca semejanza con las familias en las que fueron adoptados.
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Los investigadores del Instituto de Ciencia Metabólica han desempeñado un papel líder mundial en la identificación de genes que pueden influir en el peso corporal humano. Al centrarse en una cohorte de niños con obesidad extrema desde una edad temprana, han descubierto una serie de mutaciones genéticas que conducen directamente a la obesidad. Hasta ahora, todos los genes descubiertos han tenido su función normal en el hipotálamo, el área del cerebro relacionada con el control del apetito y el gasto de energía. Se ha demostrado que estos genes influyen en el impulso de comer, así como en el comportamiento de alimentación. En particular, un defecto genético, aunque raro, es curable dramáticamente con una inyección diaria de una proteína recombinante llamada leptina. Esta condición es una demostración gráfica de que la obesidad en humanos puede ser impulsada biológicamente y ser susceptible de terapia basada en mecanismos. Los investigadores del Departamento de Farmacología estudian la anatomía y la función hipotalámicas en un esfuerzo por determinar cómo los defectos en el neurocircuito conducen a un consumo excesivo de alimentos más allá de la necesidad metabólica. En particular, las neuronas hipotalámicas, tanto de forma aislada como dentro de sus redes neuronales nativas, se evalúan para explorar cómo generan sus señales eléctricas, cómo se comunican estas señales a otras áreas del cerebro y cómo se ven alteradas por los estímulos fisiológicos y farmacológicos.
Cerebro, crianza, flora intestinal y genes
Ahora se ha establecido en estudios en animales y humanos que algunos eventos ambientales pueden inducir cambios de desarrollo a largo plazo en la estructura de la cromatina a través de diversos mecanismos, como la desacetilación de histonas y la metilación del ADN de secuencias no codificantes, que producen silenciamiento de la transcripción a largo plazo. Dado que la mayor parte del desarrollo del cerebro humano ocurre después del parto, el cerebro, más que cualquier otro órgano, está bajo fuertes influencias sociales y ambientales que pueden tener efectos duraderos en la función y el bienestar del cerebro.
El cerebro genético
La crianza debe ser más fuerte que la naturaleza (genética), pero ambas afectan a la persona de muchas maneras.