El efecto fotoeléctrico tiene una serie de aplicaciones contemporáneas y futuras.
- Tubos fotomultiplicadores (PMT). Estos son detectores de luz muy sensibles en los que los fotones entrantes hacen que los electrones sean fotoemitidos desde un electrodo (o Dynode), acelerados a otro electrodo y otro, multiplicado en cada etapa. Esta tecnología ha sido subsumida por fotodetectores basados en semiconductores en algunas aplicaciones, pero donde se desea la detección de un pequeño número de fotones con alta SNR, todavía se usan PMT.
- Tecnologías experimentales para aprender acerca de los electrones dentro de los materiales, como la espectroscopía de fotoelectrones de rayos X (XPS) y mi espectroscopia de fotoemisión resuelta en ángulo (ARPES) favorita (ver: la respuesta de Inna Vishik a qué tipo de información cualitativa y cuantitativa se puede obtener de ARPES?). Los electrones son responsables de muchas de las propiedades más útiles de los materiales, y las mediciones basadas en el efecto fotoeléctrico pueden medir con precisión cómo los electrones se organizan y se mueven en un material. XPS en particular es una herramienta de caracterización de materiales estándar utilizada fuera de un contexto de investigación pura.
- La emisión termoiónica mejorada con fotones (PETE) utiliza el efecto fotoeléctrico para mejorar la emisión termiónica (emisión de electrones de un sólido muy caliente). Es una tecnología prometedora para aprovechar el calor y la luz del sol como fuente de energía (ver: El nuevo proceso de conversión de energía solar descubierto por los ingenieros de Stanford podría renovar la producción de energía solar).