Hay una diferencia entre una paradoja y una contradicción. Una contradicción es una declaración que contradice la realidad, es decir, que se sabe que no es el caso.
Una paradoja es más débil. La etimología simplemente significa “extraño”, no “falso” (literalmente “contrario a la opinión aceptada”, cf. “ortodoxo”). Un diccionario lo define como:
Una declaración o proposición aparentemente absurda o autocontradictoria que, cuando se investiga o explica, puede ser fundada o verdadera.
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Es decir, las “paradojas” incluyen “contradicciones”, pero también pueden incluir cosas que son absurdas pero verdaderas. A diferencia de la “contradicción”, una “paradoja” está en el ojo del espectador. Pero creo que pocos dirían que las conclusiones de Einstein, Podolsky y Rosen no son absurdas. Desafían el sentido común, pero se necesitó un experimento para demostrar que era verdad (aunque extraño).
La “paradoja del cumpleaños” es otro ejemplo. Nadie anticiparía que solo se necesitan 23 amigos para tener una probabilidad de 50-50 de que dos compartan un cumpleaños, pero sigue siendo cierto.
Definitivamente existe la necesidad de una palabra como “paradoja” para describir estos fenómenos absurdos pero verdaderos. Combinarlo con “contradicción” nos privaría de esa palabra, y ya tenemos una palabra para ese propósito. Una cosa solo deja de ser una paradoja cuando hemos cambiado nuestra visión del mundo tan a fondo que ya no parece extraño.