“Temperatura” es el grado de movimiento de las moléculas dentro de un objeto. Es la cantidad de energía cinética en el sistema, que conduce las moléculas al azar, en todas las direcciones.
Imagine las muchas moléculas en el aire dentro de un globo, rebotando entre sí y las paredes del globo, en todas las formas. El calor de esas moléculas (el aire), o la energía cinética que poseen, determina cuán fuerte golpean los lados del globo y, por lo tanto, determinan el volumen que ocupan dentro de él. Aumenta esa energía y la velocidad de esas colisiones (calienta el globo), y su tamaño aumentará. Del mismo modo, enfríelo (extraiga energía del sistema) y se reducirá.
Calentar una proteína es simplemente poner más energía cinética en el sistema. Si bien una proteína generalmente no se encuentra en una fase gaseosa y, por lo tanto, no rebota tan rápido como el aire, como en nuestra analogía con el globo, todavía hay vibraciones atómicas que ocurren constantemente dentro de cada molécula de proteína. A medida que se agrega energía, estas vibraciones se intensifican, hasta que los puntos débilmente pegajosos en su estructura (como los enlaces de hidrógeno) ya no pueden inhibir el movimiento de los átomos y ocupan más espacio desordenado.
- ¿Cuáles son los requisitos para establecer un laboratorio de diagnóstico molecular avanzado?
- ¿Cómo difieren la ADN polimerasa y la ARN polimerasa?
- ¿Por qué no se pudo crear una biblioteca MRNA?
- ¿Cuáles son los métodos de transferencia de genes? ¿Cuáles son sus funciones?
- Cómo simplificar el ciclo del ácido cítrico para que suene lógico para un estudiante
Piense en una bicicleta vieja, con pernos flojos y oxidados que la mantienen unida. Luego, imagina aplicar vibraciones violentas a esa bicicleta. Los tornillos se sacuden y se caen y las partes componentes de la bicicleta ya no están unidas. Te queda un montón de metal en el suelo. Del mismo modo, a medida que rompes los enlaces moleculares de las proteínas que determinan la forma calentándolos, su estructura se convierte en un desorden desordenado de aminoácidos, agitándose al azar.
Como un ejemplo interesante, cuando cocinas un huevo, puedes observar las proteínas desnaturalizadas por el calor. Muchas de las proteínas en el huevo forman bolas moleculares con núcleos que odian el agua, y a medida que estos núcleos se exponen al entorno acuoso circundante debido al calentamiento, se agrupan y coagulan para evitar colectivamente interactuar con el agua. Es por eso que tu huevo pasa de espeso a espeso y esponjoso, mientras lo revuelves.