Hay mucha plasticidad en los humanos. De hecho, hay un grupo ferviente de personas que argumentan que el cerebro es plástico hasta el punto de poder volver a cablearlo de la manera que desee, con suficiente tiempo y persistencia. Para más información sobre este punto de vista, recomiendo el libro El cerebro que se cambia a sí mismo: Historias de triunfo personal de las fronteras de la ciencia del cerebro. La mayoría de los rasgos psicológicos caerían en esta categoría. Dicho esto, hay muchos más predeterminados por nuestros genes que nos gustaría reconocer. Te recomiendo que leas “La pizarra en blanco” de Steven Pinker.
Entonces, si bien estas dos perspectivas parecen estar en desacuerdo, las reconciliaría así. Tenemos un montón de tendencias que se deben a nuestros genes, pero también tenemos la capacidad inherente de transformar estas tendencias en mejores versiones de nosotros mismos.
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