Para los científicos, la palabra “propósito” es una palabra problemática. A menudo viene con un bagaje filosófico que no tiene base científica. Los planetas no tienen un propósito. Los planetas son consecuencias de la ley física.
Sin embargo, si aceptamos hablar del “propósito” como una perspectiva narcisista centrada en el ser humano, entonces podemos hablar de este tipo de propósito. El hombre hace uso de X y le da vueltas para decir que X existe para ese uso (tiene el propósito de ser útil). Uno puede hacer una variante de esa vieja canción de Carly Simon: “Eres tan vanidoso, probablemente pienses que este universo se trata de ti”. 😉
Pero con esa perspectiva, que ciertamente ha existido durante la mayor parte de la historia registrada, la perspectiva es:
- ¿Qué pasaría si la Tierra se frenara gradualmente (énfasis en muy gradualmente)?
- ¿Cuál es el secreto de un mar resplandeciente?
- ¿Es posible que un planeta rocoso se vuelva tan grande / denso que comience la reacción de fusión en su núcleo y se convierta en una estrella?
- ¿Por qué la atmósfera de la Tierra no escaparía al espacio?
- ¿Cómo podrían la mayoría de las religiones resolver su origen de creencias de vida si alguna vez encontramos vida en otros planetas?
- La tierra es el hogar, el centro del mundo. Vemos los cielos desplegarse a nuestro alrededor como una cúpula sobre nuestras cabezas.
- El sol es luz, calor, un calendario para contar las estaciones.
- La luna es luz en la noche, causa de las mareas, un calendario para contar los meses.
- Otros planetas, “errantes” en el cielo, asociados con dioses paganos, sus posiciones solían lanzar horóscopos.
Sin embargo, esto cambió con el trabajo de científicos como Copérnico, Kepler y Galileo. Copérnico argumentó que el sol, no la tierra, era el centro del sistema solar. Galileo encontró lunas girando alrededor de Júpiter. Ya no estábamos en el centro del universo. Siglos después, otros científicos demostraron que somos solo un planeta alrededor de una estrella en una galaxia entre muchos en un universo que no tiene centro.
Visto así, el “propósito” de los otros planetas es darnos una visión más amplia de nuestra posición en el universo, para mostrar que nuestra posición en él no es privilegiada.