La evolución es una amante cruel; cruel en su indiferencia a nuestro sufrimiento y dolor.
La evolución no favorece la vida sobre la muerte. Para funcionar, la evolución requiere que todos mueran, que algunos, y solo algunos, puedan reproducirse, y que la supervivencia temporal del individuo solo es importante en la medida en que favorezca la reproducción. La evolución requiere variación (mutación) y selección, las cuales requieren una rotación constante de generaciones de individuos.
Nuestros genes nos usan como vehículos efímeros para sus propios fines. Nos empujan de un lado a otro con dosis de placer y dolor, miedo y deseo, y hacemos su voluntad, manteniendo nuestros cuerpos deteriorados, teniendo relaciones sexuales, adorando a los bebés resultantes y preparándolos como el próximo vehículo de los genes. Y luego los genes nos descartan y morimos. Los genes continúan en nuestros hijos, siguiéndolos y atormentándolos a través de la vida mientras el Gadfly siguió a Io. Hacen esto porque esto es lo que la evolución ha favorecido. Porque la evolución destruyó despiadadamente los genes que llevaron a los organismos a hacer lo contrario.
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La evolución apesta.
PD: Gracias Adriana Heguy por pedirme una respuesta.