Si bien la mayoría de las personas han brindado descripciones elaboradas sobre cómo definimos el tiempo en física, me gustaría señalar que la respuesta puede cambiar dependiendo de qué área física se encuentre.
Por ejemplo, la mecánica clásica y otras áreas clásicas tratan el tiempo exactamente como lo pensamos día a día: un intervalo, que es real y, si no es cero, positivo. Estamos bastante familiarizados con este concepto de tiempo en nuestra vida diaria, y parece funcionar para describir la mayoría de los fenómenos físicos que vemos a nuestro alrededor.
Sin embargo, ese no es siempre el caso: el tiempo en la mecánica cuántica es algo muy diferente: es simplemente un parámetro sin significado físico. Esto nos permite elegir tiempos muy contraintuitivos que son negativos, complejos o puramente imaginarios. Y lo divertido es que hacerlo nos da resultados que tienen mucho sentido.
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Luego viene la relatividad especial, donde el tiempo es solo un componente de un vector de 4 que describe un evento. Cada evento, en lugar de tener solo coordenadas de posición, también tiene una coordenada de tiempo adicional, que es perpendicular a las tres coordenadas de posición. Si bien la geometría ha enseñado que podemos tener como máximo tres líneas perpendiculares entre sí, esto solo se aplica a nuestro mundo 3D circundante. En el espacio 4D Minkovsky, el tiempo está en pie de igualdad con la longitud, lo que también se hace evidente cuando aplicamos transformaciones de Lorentz.
Por lo tanto, no es posible definir nada absoluto como tiempo; nuestra definición debe ajustarse cuando sea necesario, para facilitarnos la vida.