Mientras leía el libro ” El cerebro revelador: la búsqueda de un neurocientífico de lo que nos hace humanos ” de VS Ramachandran, me encontré con una nueva perspectiva con respecto a las experiencias fuera del cuerpo. En este libro, escribe:
Le expliqué el papel del sistema de neuronas espejo en la visión del mundo desde el punto de vista de otra persona, tanto espacial como (quizás) metafóricamente.
Aunque las neuronas espejo le permiten adoptar tentativamente el punto de vista de otra persona, no resultan en una experiencia extracorporal. Literalmente, no flota hacia donde está ese otro punto de vista, ni pierde su identidad como persona. De manera similar, cuando observas a otra persona siendo tocada, tus neuronas “táctiles” se disparan, pero a pesar de que empatizas, en realidad no sientes el tacto. Resulta que en ambos casos, los lóbulos frontales inhiben las neuronas espejo activadas al menos lo suficiente como para evitar que todo esto suceda para que permanezca anclado en su propio cuerpo. Además, las neuronas “táctiles” en su piel envían una señal nula a sus neuronas espejo, diciendo: “Hey, no están siendo tocadas” para asegurarse de que literalmente no sientan al otro tipo siendo tocado. Por lo tanto, en el cerebro normal, una interacción dinámica de tres conjuntos de señales (neuronas espejo, lóbulos frontales y receptores sensoriales) es responsable de preservar tanto la individualidad de su propia mente y cuerpo como la reciprocidad de su mente con los demás, un estado de cosas paradójico. exclusivo de los humanos. Veremos que las perturbaciones en este sistema conducirían a la disolución de los límites interpersonales, la identidad personal y la imagen corporal, lo que nos permite explicar un amplio espectro de síntomas aparentemente incomprensibles vistos en la psiquiatría. Por ejemplo, los trastornos en la inhibición frontal del sistema espejo-neurona pueden conducir a una experiencia extracorpórea perturbadora, como si realmente te estuvieras mirando desde arriba. Tales síndromes revelan cuán borrosa puede ser la frontera entre la realidad y la ilusión bajo ciertas circunstancias.
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Como vimos anteriormente, uno de los trabajos de los hemisferios derechos es tomar una visión individual y amplia de usted y su situación. Este trabajo también se extiende a permitirte “verte” a ti mismo desde el punto de vista de un extraño. Por ejemplo, cuando está ensayando una conferencia, puede imaginarse observarse a sí mismo desde el público subiendo y bajando por el podio.
Esta idea también puede explicar las experiencias extracorporales. Una vez más, solo necesitamos invocar la interrupción de los circuitos inhibitorios que normalmente mantienen bajo control la actividad de las neuronas espejo. El daño a las regiones frontoparietales derechas o anestesia con el medicamento ketamina (que puede influir en los mismos circuitos) elimina esta inhibición. Como resultado, comienzas a abandonar tu cuerpo, incluso hasta el punto de no sentir tu propio dolor; ves tu dolor “objetivamente” como si alguien más lo estuviera experimentando. A veces tienes la sensación de que realmente has dejado tu cuerpo y estás flotando sobre él, observándote desde afuera. Tenga en cuenta que si estos circuitos “encarnadores” son especialmente vulnerables a la falta de oxígeno en el cerebro, esto también podría explicar por qué tales sensaciones extracorporales son comunes en las experiencias cercanas a la muerte.