Las plantas no “toman decisiones” sobre tales eventos fisiológicos. Casi todo tiene lugar a nivel celular y está determinado y / o controlado por cadenas de reacciones bioquímicas y bucles de retroalimentación asociados.
Por ejemplo, un estímulo como la luz produce reacciones químicas diferenciales de un lado de la planta al otro que provocan cambios que determinan qué células crecen o se dividen en qué lado de las superficies de crecimiento de la planta. Una planta puede, entonces, crecer más hacia la dirección de la luz entrante para aprovechar mejor esta importante fuente de energía Y competir mejor con otras plantas en el mismo espacio.
La composición bioquímica de las plantas también incluye “relojes” químicos que responden a la duración del día, especialmente si está aumentando o disminuyendo. Tales “relojes” son parte del mecanismo que determina cuándo florecerá (se reproducirá) una planta o se quedará inactiva, por ejemplo. Un roble no (no puede) decirse a sí mismo: “Creo que hoy haré bellotas”.
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Estas respuestas no son el resultado de ningún tipo de toma de decisiones “conscientes” (o incluso subconscientes o inconscientes); son simplemente respuestas químicas a un estímulo físico.
