¿Cómo se puede romper un continuo espacial tridimensional sin usar una cantidad masiva de energía en un espacio infinitamente pequeño?

Todavía necesita una buena cantidad de energía para manipular el medio. Un método que se sabe que funciona es un campo de polarización fuerte y pulsante, un campo estático y un campo giratorio que funciona con electrones. El componente de torsión, el campo de polarización magnética pulsante está acoplado con el término no holonómico, el campo giratorio. Se establece una resonancia ferromagnética a la frecuencia de Larmor del material. El campo estático permite un efecto de resonancia. Debido a la invariancia adiabática, la frecuencia del campo magnético pulsante es muy baja, mucho menor que el campo giratorio. Los electrones son succionados hacia adentro y ocurre un fenómeno conocido como excitación sin relajación, lo que significa que los campos de energía se acumulan sin disipación. De esta manera, esto permite cualquier manipulación del medio. Esto solo es posible en el sistema de vórtice magnético. En lugar de liberar toda esa energía, se almacena en el sesgo y en el campo estático.
Los efectos incluyen estados transitorios de la materia, bifurcaciones temporales y rejillas de difracción de luz.
Este uso de la resonancia ferromagnética es interesante pero peligroso debido a los efectos no lineales a medida que los campos se desarrollan, especialmente cuando las señales de entrada son formas de onda ascendentes agudas, lo que resulta en una descarga de corona extensa y pulsos trichel que aparecen en las esquinas afiladas del material. Es similar a la destrucción temporal en este plano y tiende a descontrolarse incluso cuando hay buenos amortiguadores.