Un ojo es un órgano que permite que el organismo recopile información visual (transportada por ondas de luz) para transmitirla a un sistema nervioso centralizado.
Tanto las plantas como los animales perciben la luz con la ayuda de proteínas fotorreceptoras. Lo que hace que las plantas sean diferentes es la falta de un sistema nervioso centralizado para procesar las señales visuales.
La naturaleza proporciona buenos ejemplos que explican por qué el sistema nervioso central y los ojos se unen. Puede que sepamos que hay medusas y corales. Estos últimos son, en general, pólipos.
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- Los pólipos tienen un sistema nervioso simple y difuso y no tienen nada parecido a los ojos.
- Las medusas poseen ojos y un sistema neural complejo que consiste en la red difusa, las neuronas motoras y los ganglios sensoriales. Sus ganglios sensoriales están integrados con sus ojos.
Lo más llamativo es que una medusa y un pólipo pueden representar diferentes fases del ciclo de vida del mismo organismo. Este hecho sugiere que se requieren ojos y un sistema nervioso centralizado en cierto grado para dirigir el movimiento de un organismo.
Por lo tanto, se puede concluir que las plantas y los animales primitivos no requieren moverse, no necesitan ojos ni sistema nervioso centralizado.