El único consenso que conozco es que:
- “Mundos” es un término profundamente inútil.
- “Mundos” no es tan malo como “Universos”
- Que ambos probablemente estén con nosotros en el futuro previsible, ya que cualquier intento de reemplazar estos términos con “estados relativos” o “ramas” se ha hundido en la oscuridad
El enfoque más común que he visto es aplicar el término “mundos” (o “ramas” si lo prefiere) solo a la situación en la que la decoherencia se ha establecido y separado los estados entre sí para todos los fines prácticos.
El razonamiento simple para esta elección es que es un uso normal referirse al estado que nos rodea como un “mundo”. Y estos estados contienen muchos estados relativos que aún no se han descifrado, y que vuelven a interferir entre sí para producir muchos de los fenómenos que vemos a nuestro alrededor. Sería extraño llamar a estos estados diferentes “mundos” cuando ambos aparecen en el nuestro.
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Por supuesto, esto significa que un “mundo” es una noción efectiva, que solo se puede definir en términos prácticos. En este sentido, es muy parecido a una nube. A veces está bastante claro que hay una sola nube.
Y a veces es un poco más difícil: ¿cuántas nubes hay aquí?
Hasta cierto punto, es una cuestión de juicio. Lo que pasa con el mecanismo de decoherencia es que para nosotros, como observadores macroscópicos, generalmente es fácil distinguir “nubes” separadas (es decir, qué hay en nuestro mundo y qué es diferente). Es solo una vez que comenzamos a experimentar a escala microscópica, se vuelve difícil y nuestras definiciones comienzan a desdibujarse.