Una excelente idea en principio, una que está en la etapa de diseño ahora, con una nave de prueba en órbita que ha completado su misión de ciencia e ingeniería,
LISA Pathfinder – Wikipedia
y lanzamientos completos del sistema planeados para 2034:
- Si una nave espacial acelerara en un círculo de 50,000 millas de diámetro, ¿podría su aceleración de fuerza centrífuga g exceder la velocidad de escape de la luz?
- ¿Una carga curva espacio-tiempo?
- ¿Cuáles son las principales dificultades para combinar la gravitación con la mecánica cuántica?
- ¿Son las ondas gravitacionales el nuevo (a) éter?
- Durante su año en el espacio, Scott Kelly experimentará una dilatación del tiempo relativista especial debido a su alta velocidad, mientras que su hermano Mark experimentará una dilatación del tiempo relativista general debido a estar más profundo en el pozo de gravedad de la Tierra. ¿Qué hermano habrá envejecido más al final de la misión?
Antena espacial con interferómetro láser – Wikipedia
Pero no en el cinturón de asteroides, y no alrededor del sol. La idea es comenzar con tres naves espaciales en órbitas que las mantengan en un triángulo equilátero giratorio muy preciso con lados de 2.5 millones de millas de largo, a aproximadamente 50 millones de millas de la Tierra a lo largo de su órbita.
Dos estarían destinados principalmente a reflejar la luz láser con mucha precisión de regreso al tercero, lo que generaría la luz y haría las mediciones. Sería necesario rastrear las órbitas de las tres naves con mucha precisión, teniendo en cuenta la Relatividad Especial y General.
Las respuestas aquí que afirman que sería imposible medir la luz a esas distancias son completamente falsas.
- Todas las mediciones de fase utilizadas para detectar las olas se realizarían en un lugar en una nave.
- Podemos detectar fácilmente fenómenos de onda más cortos que las longitudes de nuestros detectores, siempre que sean casi periódicos.
- No tenemos dificultades para sincronizar relojes atómicos en sondas espaciales y en órbita en el sistema GPS. Las matemáticas involucradas no son más difíciles que sincronizar relojes atómicos en diferentes latitudes y altitudes en la Tierra.