Un nombre común para estos enlaces son fuerzas intermoleculares. Hay tres tipos principales:
- Fuerzas de Londres. Estos surgen porque los electrones nunca están perfectamente distribuidos de manera uniforme, porque su posición está dictada por una distribución de probabilidad. Esto significa que en cualquier punto, la densidad de electrones será mayor en un extremo que en otro, formando un dipolo instantáneo. Debido a que las cargas se repelen, esto induce un dipolo en un átomo diferente, formando así un enlace muy débil.
- Atracciones dipolo permanentes. Debido a que diferentes elementos tienen diferentes valores de electronegatividad, en algunos casos los electrones tienden a distribuirse más cerca de un átomo en una molécula, formando un dipolo permanente, como el que se encuentra en el cloruro de hidrógeno, HCl. Esto forma un vínculo más fuerte, pero aún débil.
- Enlaces de hidrógeno. Esto es básicamente una fuerte atracción dipolo permanente formada entre hidrógeno muy electropositivo y flúor, oxígeno o nitrógeno muy electronegativos. Esto generalmente se encuentra en el agua y se requiere para que el ADN funcione.
Todas estas fuerzas se forman fácilmente pero se rompen fácilmente.
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