¿Richard Muller conoció a Freeman Dyson?

Él cuidó a mi hija cuando ella tenía 6 años. Nos quedamos cerca el uno del otro y participamos en el mismo estudio de verano.

También trabajamos en estrecha colaboración sobre el tema de la óptica adaptativa. Tuve una idea para un “teorema de nitidez de imagen” pero no pude conseguir que la prueba funcionara. Se lo mostré a Freeman y a Steve Weinberg, que en ese momento estaban trabajando en un problema estrechamente relacionado. Weinberg dijo: “A ver si es verdad”. Escribió mi integral en la pizarra y procedió a resolverlo. El truco consistía en demostrar que alcanzaba un máximo cuando todos los términos de fase eran cero. En un momento se quedó atascado; Dyson dijo: “Evalúe la función delta”. Lo hizo, hizo algunas manipulaciones más, y luego retrocedió mirándolo. Dyson dijo: “Bien. Lo has probado”. Lo copié y fui a mi oficina para tratar de entender lo que habían hecho.

Les pedí a Dyson y Weinberg que fueran coautores del artículo, pero se negaron. Weinberg dijo: “Todo lo que hicimos fue evaluar una integral. Eso no es suficiente para la coautoría. Descubriste el teorema”. El artículo fue publicado en el Journal of the Optical Society of America, vol 64, p 1200 (1974).

A menudo almorzaba con Dyson. Tuvimos conversaciones muy agradables, hasta que me di cuenta de que no estaba aprendiendo nada. Dyson tenía un truco: solo escuchaba y hacía preguntas que me llevaron a seguir hablando. No quería hablar, solo aprender. Así que le jugué el mismo truco. Empecé a hacerle preguntas y luego preguntas de seguimiento. Había aprendido una importante lección en la vida.