Cómo determinar la velocidad de aterrizaje de un transbordador

La velocidad de aterrizaje prevista de un transbordador espacial (o cualquier otro avión, para el caso) se determina durante el proceso de diseño para varios ‘casos’, o varios conjuntos de circunstancias bajo las cuales se supone que aterriza el vehículo.

En esencia, las alas del vehículo tienen que generar suficiente elevación a la velocidad de aterrizaje prevista para contrarrestar el peso del vehículo. La elevación del ala está determinada (principalmente) por su área de superficie, y una cantidad llamada ‘Coeficiente de elevación’.

Ahora, en el caso de un avión, el diseñador generalmente tiene un poco de latitud con respecto al área de superficie de las alas que se pueden acomodar. Si toma nota de la extensión física de las alas de un avión como un gran transporte comercial, las alas son estructuras bastante imponentes.

En el caso de un vehículo espacial como un transbordador espacial, el diseñador tiene mucha menos libertad para dimensionar las alas. Esto sucede por varias razones: primero, las alas deben levantarse en órbita, por lo tanto, su peso es una consideración mucho mayor que de lo contrario sería muy diferente. Además, las alas están sujetas a cargas estructurales desde la fase de lanzamiento del vehículo, y tienen que sobrevivir al viaje a la órbita. Esta consideración en particular jugó un papel importante en el tamaño de las alas para el Transbordador espacial Orbiter, y también jugó un papel importante en la determinación de la extensión de las trayectorias que podría seguir un lanzamiento.

Entonces, en el caso de un transbordador espacial, lo que parece suceder es que otras circunstancias, aparte del trabajo de aterrizaje, dictan el tamaño máximo del ala, y la velocidad de aterrizaje del vehículo debe establecerse por el área del ala que está disponible.

Como un aparte, un proceso similar continúa con respecto al dimensionamiento de la cola del vehículo. La cola del Shuttle Orbiter tenía que ser lo suficientemente grande como para proporcionar estabilidad de guiñada para las regiones donde se usa (esto no sucede hasta bastante tarde en el proceso de aterrizaje del Orbiter), y luego la trayectoria de lanzamiento del vehículo debe ser hecho a medida para que la cola sobreviva a la carga estructural. Para el transbordador espacial Orbiter, esta ‘adaptación’ fue dolorosa para todos y cada uno de los lanzamientos. El “corredor” de condiciones de ascenso aceptables era bastante pequeño, y gran parte de él era impulsado por la cola. Y por todo eso, la cola se usó durante los últimos 5 minutos de aterrizaje. Simplemente no parece equitativo de alguna manera …

Espero que encuentres útil lo anterior.