Pero su declaración se basa en una suposición falsa.
Decir que cualquier cosa cae en un agujero negro es causalmente falsable. Siempre habrá un camino cerrado, localmente temporal, entre un objeto que cae y un observador externo estacionario.
No importa cuánto esperemos, este camino siempre se puede construir. Hablar de “caer en un agujero negro” es sinónimo de hacer una contrademanda.
- ¿Qué pasaría si pudiera hacer que un objeto del tamaño de una sandía grande gire en un círculo de diez pies al 99% de la velocidad de la luz en relación con el sol?
- ¿Cómo es que el universo se expande más rápido que la velocidad de la luz?
- Si digamos que un planeta habitado está a 3000 años luz de distancia, ¿eso significa que está 3000 años adelantado a nuestro tiempo o atrasado?
- ¿Qué pasa si corremos a la velocidad de la luz?
- Si pudieras viajar más rápido que la luz, ¿qué harías?
Dichas contrademandas surgen cuando nosotros, en el planeta Tierra, suponemos un agujero negro en el centro de la galaxia de la Vía Láctea. Los astrónomos llegarán a extremos expresando su gran deslumbramiento sobre las cosas que caen en un agujero negro en el centro de la galaxia. Nada cae en un agujero negro, no importa cuán grande sea el agujero negro.
El deslumbramiento es un pobre sustituto de la física rigurosa.
Se han hecho afirmaciones recientes de que se han detectado ondas de gravedad como resultado de la fusión de dos agujeros negros. Ni siquiera un agujero negro puede caer en otro agujero negro. Los agujeros negros no se fusionan en una sola región de la que nada puede escapar.