Malo, cosas malas .
El oxígeno es necesario para vivir, también puede matarnos si obtenemos demasiado.
Reemplazar la fracción de nitrógeno de la atmósfera con oxígeno, significa una atmósfera con más del 95% de oxígeno, cualquier sustancia combustible se incendiará con la más mínima chispa.
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El mundo estalla con incendios forestales pandémicos, incendios que son casi imposibles de apagar porque arden con una ferocidad casi increíble, con tasas de combustión que alcanzan velocidades explosivas y reducen el suelo fértil a cenizas estériles.
Los humanos y los animales sufrirían los efectos corrosivos del oxígeno, se ahogarían cuando los alvéolos dañados segregan líquido que gradualmente llena sus pulmones (una condición llamada edema pulmonar).
Más oxígeno en la atmósfera significa más ozono producido en las capas superiores, el ozono puede irritar y dañar tejidos biológicos y polímeros como el caucho, un mayor oxígeno disuelto en el agua perturbaría el crecimiento de algas y los ciclos de vida, afectando a toda la cadena alimentaria aguas arriba.
Cantidades cada vez mayores de dióxido de carbono se bombean a la atmósfera debido a una descomposición y oxidación cada vez mayores de la materia muerta, esto aumenta la retención de calor y desencadena una violenta alteración climática.
Esta es una idea terrible.