El electrón fue descubierto por JJ Thomson en 1897, pero durante mucho más de un siglo antes de ese momento, la gente ya había estado estudiando fenómenos eléctricos (y magnéticos), incluso cuantitativamente, y ya habían arreglado alguna convención que cargaba objetos o lados de una batería. son positivos y cuáles de ellos son negativos.
Debido a que esta convención ya estaba establecida, no había absolutamente ninguna libertad en la decisión sobre el signo de la carga del electrón. Simplemente se midió en los rayos catódicos, etc. y resultó ser negativo.
Históricamente, el primer hombre en decidir sobre una convención de señales para la carga eléctrica fue probablemente Benjamin Franklin en el siglo XVIII. Su modelo de electricidad suponía que los objetos cargados contienen algo de fluido: es la carga eléctrica de un tipo continuo (no se puede pasar por alto la similitud con el flogisto, el fluido que se creía que personificaba el calor). Si hay demasiado de este fluido, que se identifica naturalmente con el signo más, hablaría sobre la carga eléctrica positiva y viceversa.
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Hasta el momento en que se descubrían las partículas elementales, no había forma de demostrar que una de las dos convenciones de signos fuera mejor que otras. De hecho, incluso hoy, no es cierto que la convención de signos opuestos sería “mejor” en ningún sentido. Los electrones podrían llevar una carga positiva en la convención opuesta, pero los protones y los núcleos (y los quarks ascendentes) que son igualmente importantes (y, en el caso de los quarks ascendentes, igualmente fundamentales) tendrían carga negativa mientras estén muy bien cargados positivamente en el mundo a nuestro alrededor.
Una vez que se fija una convención para la carga eléctrica, surge una convención natural para el signo de la corriente, el voltaje y muchos otros observables eléctricos también. Simplemente sucede que en los circuitos, las flechas de la corriente tienen la dirección opuesta a las velocidades de los electrones, pero esta discrepancia solo se hizo visible una vez que la gente sabía que las corrientes estaban compuestas por electrones cargados negativamente, lo que fue mucho tiempo: un siglo – Después de la configuración de Benjamin Franklin de la convención. Esta aparente discrepancia no causa problemas siempre que la sigamos cuidadosamente y nos demos cuenta (y, cuando sea necesario, enfaticemos) que las flechas representan la corriente de acuerdo con las convenciones establecidas y no la velocidad de los electrones.
También se debe señalar que existen conductores donde la conductividad está garantizada por portadores con carga positiva (o ambos), por ejemplo, en soluciones (iones con carga positiva) o semiconductores (agujeros). En esos conductores, los signos de la corriente concuerdan con el signo de la velocidad de los portadores (con carga positiva).