Los eclipses lunares ocurren regularmente cuando la Tierra se coloca entre el Sol y la Luna. Desde el punto de vista de un observador en la Tierra (nosotros), la sombra de la Tierra atraviesa el disco de la Luna, oscureciéndola. No se oscurece por completo. La luz del sol atraviesa la atmósfera de la Tierra alrededor de la circunferencia de la Tierra, bañando a la Luna en una luz roja opaca misteriosa, un poco como una puesta de sol.
Desde el punto de vista de un observador en la Luna, verían el disco de la Tierra, aproximadamente cuatro veces más ancho que el Sol, moverse a través del Sol, rodeado por un resplandor rojizo creado por la luz solar que atraviesa la atmósfera de la Tierra.
Desde el punto de vista de la Tierra, los eclipses lunares y los eclipses solares son diferentes. Un eclipse lunar ocurre cuando la sombra de la Tierra bloquea la luz solar de la Luna y, por lo tanto, evita que refleje la luz solar de regreso a la Tierra (aparte del brillo rojo mencionado anteriormente). Un eclipse solar ocurre cuando la Luna bloquea la luz solar para que no llegue a la Tierra.
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Ahora el Sol nunca puede eclipsar a la Luna porque está mucho más lejos, pero en principio podría hacerlo un objeto como un asteroide o un satélite. Hay fotografías telescópicas de la Estación Espacial Internacional que pasan frente a la Luna, pero tales ‘eclipses’ no son visibles a simple vista. Si un asteroide con un diámetro de 30 km pasara dentro de los 400 km de la Tierra, además de causar una preocupación y consternación generalizadas, por no decir de pánico, podría, desde el punto de vista de aquellos bajo su camino, eclipsar brevemente la Luna.
