Una teoría fundamental es que las personas toman decisiones racionales para maximizar diferentes cantidades económicas, como el beneficio o la utilidad.
La base de muchos modelos económicos es el comportamiento simplificado e idealizado de los agentes en el sistema, a menudo llamados ‘econs’.
En primer lugar, las elecciones que hacen a menudo difieren de las observadas en personas reales porque están menos influenciadas por ideas ‘irracionales’ y a menudo se les da un mayor acceso a la información sobre el sistema en el que están operando.
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En segundo lugar, los humanos son propensos a las influencias que parecen irracionales en un contexto económico pero que pueden racionalizarse en un contexto emocional. El objeto que los humanos intentamos maximizar nunca es tan simple como el beneficio o el valor, sino que incluye cómo nos hace sentir un resultado.
A medida que los modelos se vuelven más complejos, la diferencia entre el comportamiento de una economía promedio y un humano promedio debería disminuir.