¿Cuáles serían los eventuales efectos biológicos evolutivos de los humanos que viven en un entorno de gravedad cero?

Nada. Nada Nada.

Tres razones por las cuales:

  1. Es imposible para los humanos ir instantáneamente a un entorno de cero g sin efectos nocivos para el cuerpo. Los huesos comienzan a romperse. Los músculos se atrofian. El sistema inmune comienza a debilitarse. Otros sistemas comienzan a degradarse. Eventualmente, morirías. Hay tantas adaptaciones evolutivas instantáneas que tendrían que aparecer por casualidad que es poco probable que se acerque a un nivel imposible. De hecho, no hay mutaciones concebibles que puedan ocurrir al mismo tiempo para salvar a un animal de una muerte lenta y dolorosa.
  2. Si bien es posible que, bajo las condiciones adecuadas, durante millones de años de reducción gravitacional constante, una especie pueda evolucionar para vivir en un entorno de cero g, es físicamente imposible que tal escenario ocurra en la naturaleza porque, bueno, la atmósfera volaría, destruyendo toda la vida en la superficie.
  3. La única forma posible sería que los humanos nos rediseñáramos a nosotros mismos (lo cual, ahora que lo mencionas, es algo muy lógico si dejamos los confines de la vida terrestre). Si tal cosa ocurriera, no sería a través de “evolución [por selección natural]” sino por ingeniería genética.