Imaginemos que nuestra civilización está bien desarrollada pero que tiene un problema con la explosión del Sol o un inconveniente similar. La estrella más cercana con un sistema planetario adecuado parecía estar más allá de nuestra capacidad de llegar allí.
No hay nada que podemos hacer.
Pero los científicos, después de reflexionar sobre esta situación, encontraron una forma de originar vida en planetas adecuados mediante la generación de ondas electromagnéticas que desencadenarían las reacciones bioquímicas necesarias y las conducirían en la dirección requerida.
Estos pulsos electromagnéticos se probaron en laboratorio y mostraron una fertilidad bastante buena cuando se aplicaron a muestras no orgánicas absolutamente estériles. Los científicos explicaron que en un sistema caótico, donde una pequeña influencia puede producir un gran resultado, este tipo de siembra remota es viable si sabes cómo modular este haz electromagnético.
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La humanidad justo antes de su extinción está enviando estos pulsos en todas las direcciones gastando una gran energía. Algunos planetas que reciben estas señales pueden no ser lo suficientemente buenos, pero ¿a quién le importa? Todavía hay una buena posibilidad de dar en el blanco correcto.
Como resultado, se crearían bastantes civilizaciones; la mayoría de ellos viven en grandes sufrimientos. Pero existe la posibilidad de que algunos de ellos sean felices.
Tal vez fuimos creados de esta manera por una civilización remota que enfrenta su próximo fin. Después de que descubrieron que no somos lo suficientemente felices, comenzaron a tratar nuestro planeta selectivamente con un haz de radiación que crea virus para esterilizar el planeta, pero éramos demasiado fuertes.