La definición de “vida” es un poco resbaladiza. En general, “vivo” significa algo 1) se reproduce, 2) responde a su entorno y 3) consume energía para producir estructuras de orden superior (proteínas, grasas, ADN, etc.) a partir de estructuras de orden inferior (nitrógeno, carbono, oxígeno, hidrógeno, etc.). El número 3 es una forma elegante de decir “comer”, pero no todo lo que vive se come. Los virus aún caen entre las grietas y existen en algún tipo de limbo categórico. Se reproducen, pero solo con la ayuda de otras células. Sus respuestas al medio ambiente son limitadas. No comen ni consumen nada, sino que se apoderan de las células huésped.
Los planetas ni siquiera realizan las funciones reducidas de los virus, por lo que sería difícil definirlos como “vivos”. Se podría decir que algo como un río hace el número 1 y el número 2, pero no el número 3. Agregar agua adicional a un río no produce estructuras de orden superior, solo más agua.
Esencialmente, esta es una versión realmente larga de una respuesta simple: No, los objetos inanimados no podrían considerarse “vivos” y no están sujetos a la evolución darwiniana.
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