Lo más rudo de la cosmología es que funciona.
El universo es grande. Muy grande. Como dice Douglas Adams, en su libro The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy, “El espacio es grande. Simplemente no vas a creer lo enorme, enorme y alucinantemente grande que es. Quiero decir, puedes pensar que es un largo camino por el camino a la farmacia, pero eso es solo maní al espacio ”. Sin embargo, el hecho más sorprendente es que en este universo aparentemente infinito, en estas grandes legiones de espacio y tiempo y en estos escalas enormes, nuestras humildes leyes físico-matemáticas funcionan. Nuestras matemáticas, nuestra física, trabajan en las vastas escalas del cosmos.
Nuestra visión del universo está restringida a una esfera gigante, conocida como volumen de Hubble, cuya luz más allá nunca nos alcanzará. Sin embargo, hasta donde podemos mirar hacia atrás en el espacio (y el tiempo), encontramos que nuestras teorías funcionan. Nuestras ecuaciones, que derivamos axiomáticamente, son tan poderosas que en las escalas más grandes, en los enormes cúmulos galácticos, las estrellas siguen las mismas leyes que hemos derivado, utilizando nuestras observaciones mansas de los cielos nocturnos.
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Somos polvo de estrellas
Ese es otro hecho sorprendente sobre la cosmología: el conocimiento de que los humanos, y casi todas las formas de vida en nuestro planeta están formadas por los mismos ingredientes, que forman el cosmos, hasta donde podemos ver. Los átomos en su cuerpo, el carbono, el hidrógeno, el oxígeno y el hierro son las mismas cosas que encontramos como constituyentes de las estrellas, cuando estudiamos las formaciones galácticas. Nuestros átomos, fueron ideados en esas estrellas.
Cada estrella está alimentada por fusión nuclear de átomos de hidrógeno. Estos se fusionan y se convierten en helio, esto se convierte en litio, esto continúa hasta el hierro. Cuando se produce hierro, la estrella aporta más energía de la que obtiene de la fusión. Comienza a colapsar hacia adentro. O se aplasta y se convierte en un agujero negro o se vuelve súper Nova y se convierte en una enana blanca. Y cuando ocurre esta supernova, estas estrellas explotan y propagan estos átomos, estos elementos por todo el universo. Es este polvo de estrellas, que se acumula para formar rocas, montañas, planetas, asteroides y lo más importante, nosotros, formas de vida.
Entonces, lo más asombroso y lo más rudo del universo es, para mí, el hecho de que los humanos, que no somos diferentes de las galaxias y las estrellas en todo el cosmos; nosotros, que hemos sido creados a partir de los restos de alguna entidad galáctica distante, hoy podemos comprender y contemplar este hecho.
Somos el universo, el universo está en nosotros. Y nosotros, los productos del universo, somos capaces de comprender las complejas leyes de la física, para poder derivar las leyes que el universo mismo obedece, hasta donde podemos ver en el espacio y el tiempo; es lo más rudo que podemos imaginar en nuestra existencia trivial pero importante como entidad.