Basado en la evolución estelar dentro del Modelo Estándar de cosmología, uno tendría que infundir billones de toneladas de hidrógeno y helio en el núcleo donde ocurre el “horno nuclear”. Incluso si fuera posible, por ejemplo, estrellar una nave de un billón de toneladas de dichos elementos en el Sol, estos son elementos extremadamente ligeros y probablemente se quemarían en la superficie. Si de alguna manera pudieras proteger el barco mientras se sumerge, y el barco tardó tanto en sumergirse como el calor tarda en viajar desde el horno a la superficie, todavía estás viendo un viaje de aproximadamente 100,000 años. En resumen, basado en el Modelo Estándar, esto no es muy práctico, incluso para una civilización tremendamente avanzada. Por otro lado, bajo este modelo, las estrellas duran miles de millones de años, así que a menos que el viaje interestelar resulte completamente imposible y estés terriblemente preocupado por tus tatara-tatara-tatara … nietos, ¿por qué preocuparte?
Dicho esto, hay un modelo alternativo (la buena ciencia dicta que siempre debe haber modelos alternativos bajo consideración) llamado Plasma Cosmology (también conocido como Universo Eléctrico) que plantea una situación muy diferente para vidas estelares. Bajo este modelo, una estrella es el centro de una inestabilidad de plasma Z-pinch en un circuito galáctico. Este modelo sugiere una situación mucho más volátil, en la que las estrellas podrían cambiar drásticamente en poco tiempo, en función de los cambios dentro del circuito más grande, o tal vez en el caso de la captura de otros cuerpos.
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La siguiente imagen es la Nebulosa Twin Jet, que contiene una estrella en el centro. Esto da una idea de la concepción de la cosmología plasmática de lo que está sucediendo alrededor de cada estrella, aunque la mayoría de las estrellas tienen plasma de baja energía y, por lo tanto, las capas dobles no son visibles. Por cierto, los planetas orbitarían en distintos “anillos” en el plano donde se encuentran los dos “jets”.
En este modelo, no se podría hacer mucho para controlar la estabilidad del sol, aunque mejores instrumentos tal vez podrían mapear las corrientes más amplias y así dar pronósticos.
