El carbono es mejor que el silicio para los procesos de la vida porque es más ligero. La masa de un átomo de silicio es el doble de lo que es un átomo de carbono. Con aproximadamente el 20% de la masa de un cuerpo humano, pesarías un 20% más si reemplazáramos el carbono con silicio. Eso te haría más lento, y tus antepasados habrían sido comidos por tigres más ligeros y pequeños con dientes de sable.
El silicio también es más grande, lo que lo hace menos flexible. El carbono forma fácilmente moléculas orgánicas largas y complicadas. Los átomos de silicio no son tan móviles, por lo que son más difíciles de transformar en la miríada de formas que necesitas para sostener un cuerpo vivo.
La ligera radiactividad del carbono no es un problema. Incluso los isótopos radiactivos de carbono tienen vidas medias en los miles de años. No pierde una cantidad significativa de partes del cuerpo por la descomposición del carbono.
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Sustituir carbono por silicio no convertiría a las criaturas en robots. Los chips de computadora se forman de formas muy diferentes a las moléculas orgánicas. Implican elementos raros como el galio, y solo funcionan en una base de silicio muy pura. La química del carbono funciona con poco más que C, H, O y N, algunos de los elementos más abundantes en el universo, y son fáciles de combinar de muchas maneras diferentes.
Las bases de silicio son difíciles de formar porque la forma primaria de silicio en la tierra, el dióxido de silicio, es inmensamente estable. Es arena, y sacar el silicio de la arena implica inmensas cantidades de energía. La forma primaria de carbono en un planeta sin vida, el dióxido de carbono, también es estable, pero no tan estable como el dióxido de silicio. Unas pocas enzimas inteligentes en las plantas pueden descomponer el CO2 a temperatura ambiente, con electrones activados por la luz solar, pero la descomposición del SiO2 no se puede hacer con el tipo de energía que se encuentra en la tierra de forma natural, excepto en instantes (es decir, rayos) mientras la luz del sol está todo el día.
Puede ser posible construir una forma de vida en un semiconductor, como con la electrónica moderna, pero no podría surgir espontáneamente sin formas de energía mucho más concentradas de lo que sucede regularmente en la tierra. Incluso entonces, la forma de vida mínima capaz de auto-reproducción es mucho más complicada que el replicador basado en enzimas de carbono más simple.