He diario todos los días de mi vida desde 1996. ¿Vale la pena algo?

Si ha tenido una vida notable (luchas o grandes logros), y sus notas cuentan una historia de cierta importancia (desafortunadamente, no hay tales detalles presentes: no está seguro de si está siendo tímido o si no hay nada extraordinario sobre el escritos), entonces definitivamente deberías pensar en publicarlos (pruébalos primero a través de un agente / editorial) o incluso crear un guión.

Si sus notas no contienen nada fuera de lo común, tendrán valor para su familia (y para usted, personalmente), y puede dejar sus escritos a sus herederos, o si lo desea, puede esperar hasta más adelante en su vida y donar estos a una biblioteca (una vez más, siempre que te conviertas en una persona distinguida y tus recuerdos se vendan como hotcakes).

Puede intentar, si lo desea, auto-publicación, con una inversión mínima, y ​​ver si hay demanda de su escritura, sin embargo, no está claro cuánto puede / está dispuesto a invertir en esta empresa.

Desde el punto de vista financiero, el valor de cualquier cosa es un valor de mercado: cuánto está dispuesto a pagar por alguien más. No dice nada aparte del recuento de palabras, se da cuenta de que evaluar cualquier cosa basada en el recuento de palabras sin una muestra de vista previa es imposible, ¿verdad?

Fue para mí porque era una niña muy dañada que provenía de una familia muy disfuncional. Mi padre me maltrató físicamente hasta el punto en que me dejaron grandes contusiones y mi escuela se enteró, por lo que convocaron a la policía. La policía llamó a los trabajadores sociales y llamaron a un intérprete para hablar y advertirle a mi padre que nunca me golpeara de nuevo o sería acusado. Sin embargo, el daño ya estaba hecho. Mi autoestima disminuyó y me sentía muy inútil. Mi madre fue una gran madre hasta que nos mudamos de Hong Kong a Escocia, donde nuestro padre vivió durante los primeros ocho años de mi vida. Mi mamá se vio muy influenciada por la ira y la ira de mi padre. Ella también me golpeó y me criticó para que nunca pudiera hacer nada lo suficientemente bueno por ella. Así que escribir en mi lechería todos los días cuando era adolescente me ayudó a sentirme mejor y solo quería escribir cuanto más lo hacía. Me sentí relajado y aprendí a deletrear mejor, así como a usar más adjetivos en mi escritura.