Fósil es una parte, fragmento, impronta o rastro de un organismo antiguo.
Existen diferentes tipos de fósiles formados por diferentes procesos en diferentes entornos.
Conservación de partes duras: la mayoría de los fósiles encontrados son de este tipo porque son fáciles de preservar. Por ejemplo, conchas, huesos, dientes, etc. Partes blandas como la piel, el tejido se destruye fácilmente incluso en condiciones de enterramiento rápido.
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Conservación de partes blandas: raramente se encuentran este tipo de fósiles. Los tejidos blandos se encuentran cuando los organismos (como una hormiga, lagarto, abeja, etc.) quedan atrapados en el ámbar. El ámbar es una resina de árbol. Las partes blandas también se pueden preservar en condiciones de frío extremo donde el organismo queda atrapado en el hielo y permanece congelado.
Preservación de la actividad animal: Las actividades (rastros y senderos) de animales atrapados en una roca también son un tipo de fósil.
Permineralización: cuando el material original se reemplaza por materia mineral molécula por molécula hasta que todo el material se convierte en un material completamente diferente pero conservando la textura del material original. Por ejemplo, madera petrificada, concha opalizada.
Fuente: fosilización, cómo se forman los fósiles