Un Tesseract es el nombre de un concepto matemático que tiene su origen en la geometría. El concepto es producto de una conjetura acerca de repetir de alguna manera algo ya estudiado. Es decir, no volver a ejecutar algún proceso, sino aplicar nuevamente la idea y el efecto del procedimiento.
En un mundo de cuatro dimensiones, un tesseract sería un cubo de cuatro dimensiones. El cuadrado se convierte en un cubo al permitir la idea de una tercera dimensión, ortogonal (en ángulo recto) a las dos dimensiones del cuadrado. Percibimos nuestra propia existencia en tres dimensiones, por lo que la idea de liberarse de la superficie de un trozo de papel y construir un volumen sobre la página es algo natural.
No percibimos una cuarta dimensión, pero eso no nos impide imaginar encontrar una dimensión ortogonal a las tres del cubo y extender una “forma” de cuatro dimensiones en ese espacio de 4.
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Así como las coordenadas ubican un punto en un plano, una tupla de cuatro puede identificar un punto en este espacio. La forma tendría propiedades tales que los puntos se encuentran dentro, fuera o en la superficie de nuestra forma. Y la superficie estaría puntuada por bordes y esquinas.
Las representaciones de un tesseract en las dos dimensiones de la pantalla de un navegador deben estar disponibles con un motor de búsqueda. Pero, al igual que la sombra de su mano proyectada en una pared carece de gran parte de la información de la mano en sí, la representación del tesseract carecerá de detalles de las dimensiones colapsadas.
