Teóricamente en un vacío perfecto, las ondas EM viajarían indefinidamente. Si el espacio se expande como es el caso en nuestro universo, se desplazan hacia el rojo, pero en principio todavía se propagarían a la velocidad de la luz, simplemente desplazándose hacia el rojo asintóticamente hacia el infinito hasta que sea imposible detectarlos cuando la expansión acelerada equilibra la longitud de onda propagación.
Pero en la práctica, las ondas EM pasan a través de los medios, y esto es lo que nos permite inferir cómo son esos medios, porque las ondas EM se absorben en algunas frecuencias particulares pero no en otras, lo que nos da una firma de los elementos por los que pasaron los medios.
Otro factor importante es que las ondas EM siempre deben ser ‘más cálidas’ que la radiación de fondo para poder detectarlas. El CMBR es el más frío que conocemos en este universo, baña el universo del agujero uniformemente a cerca de 3ºK. Cualquier radiación inevitablemente pierde algo de calor en el CMBR perdiendo un poco de su energía, porque es inevitablemente más cálido que esos 3ºK.
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Pero el Sol irradia muy débilmente en el rango de frecuencia extremadamente baja (ondas de radio), su radiación es, con mucho, principalmente en el espectro visible y luego bastante en el infrarrojo y un poco en el ultravioleta. Pero poco en radio.
Y los planetas aún menos, ni siquiera irradian en visible, excepto por su albedo, la luz que reflejan del Sol, y son fríos, por lo que tampoco irradian significativamente en infrarrojos ni en radio.