En mi nueva teoría de la progresión del tiempo, el instante actual “ahora” es el único momento en el tiempo que no se ha determinado. Sabemos por la física cuántica y los estudios experimentales de enredos que lo que sucede ahora no está completamente determinado por el pasado. Dos átomos idénticos se comportarán de manera diferente; en particular, si son radiactivos, se deteriorarán en diferentes momentos aunque sean idénticos.
En el siglo XIX, Schopenhauer y otros creían que la física era determinista. Basado en eso, concluyeron que el libre albedrío era una ilusión. Como digo en AHORA:
“Schopenhauer presentó su trabajo de 1839 ‘Sobre la libertad de voluntad’ no a una reunión de filósofos, sino a la Real Sociedad de Ciencias de Noruega. Argumentó que los humanos no poseen nada más que la ilusión del libre albedrío: “Puedes hacer lo que quieras, pero en cualquier momento de tu vida solo puedes tener una cosa definida y absolutamente nada más que esa única cosa”.
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Ahora sabemos (gracias al posterior desarrollo de la física cuántica) que el argumento de Schopenhauer se basó en una premisa falsa sobre el determinismo. La falsificación de su argumento no prueba que tengamos libre albedrío, pero muestra que no hay una razón científica convincente para descartarlo.
En mi teoría del tiempo (publicada en mi nuevo libro Now: The Physics of Time), existe una conexión natural con el libre albedrío. El pasado está determinado, y el momento “ahora” es el único momento en que podemos ejercer el libre albedrío.