En primer lugar, debe tener en cuenta que hay gravedad en todas partes. Da forma a las órbitas de los planetas, el sistema solar, las galaxias, los agujeros negros y todo lo demás. La gravedad del Sol llega a todo el sistema solar y más allá, manteniendo los planetas en sus órbitas. La gravedad de la Tierra mantiene en órbita la Luna y los satélites artificiales. Sin embargo, la gravedad disminuye con la distancia, por lo que es posible estar lejos de un planeta o estrella y sentir menos gravedad. Entonces no hay lugar en el Universo donde la gravedad esté ausente.
Teóricamente, una nave espacial giratoria puede ‘simular la gravedad’, necesaria para evitar que objetos y astronautas floten en la nave espacial debido a la ‘ingravidez’. Aunque todos se refieren a ella como “gravedad artificial” o incluso “gravedad simulada”, técnicamente, una nave espacial giratoria o una centrífuga produce solo un “peso aparente”, y no realmente la gravedad. Considere esto: los astronautas en órbita se sienten ingrávidos porque no hay fuerza de contacto que los empuje pero sí una fuerza gravitacional (caen libremente). Por otro lado, lo que sentimos al estar de pie en la Tierra es en realidad la fuerza del suelo que nos empuja y no la fuerza gravitacional. De hecho, para sentir peso, no necesitamos ninguna fuerza gravitacional. Todo lo que necesitamos es una fuerza externa del piso que nos empuja, para que podamos sentir nuestro peso.
La física de la gravedad artificial
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Hasta ahora, la comprensión de los científicos sobre cómo la gravedad afecta al Universo se ha limitado a observaciones de campos gravitacionales naturales creados por estrellas y planetas distantes. De hecho, la gravedad es la última de las cuatro fuerzas fundamentales que los científicos no han descubierto cómo producir y controlar, y los científicos han estado trabajando en ello durante una década. Ahora, André Füzfa, matemático de la Universidad de Namur en Bélgica, publicó un artículo el año pasado, proponiendo un dispositivo que podría crear gravedad, aunque en pequeñas dosis. Y no requeriría ninguna tecnología nueva.
El dispositivo teórico que ha propuesto se basa en grandes electroimanes superconductores, como el que se usa actualmente en el Gran Colisionador de Hadrones , para generar campos magnéticos bien controlados y muy fuertes que permitirían a los físicos observar la forma en que estos campos magnéticos realmente doblan el espacio-tiempo.
Su afirmación se basa en algo llamado principio de equivalencia, que está en el centro de la Teoría General de la Relatividad, que establece que todos los tipos de masa y todos los tipos de energía producen y se ven afectados por los campos gravitacionales de la misma manera. Eso significa que los campos electromagnéticos pueden curvar teóricamente el espacio-tiempo al igual que un planeta o un sol, pero el único problema es que las curvas producidas por cualquier cosa aquí en la Tierra son tan minúsculas que no podemos detectarlas.
Ahora, el investigador ha demostrado, matemáticamente hablando , que al apilar grandes electroimanes superconductores, podríamos producir un campo gravitacional muy débil, y que podríamos detectarlo utilizando interferómetros altamente sensibles. Estos interferómetros funcionarían básicamente superponiendo campos gravitacionales uno encima del otro para que los físicos pudieran obtener información sobre ellos.
Lectura adicional: un matemático ha propuesto una forma de crear y manipular la gravedad
