Bueno, la opción obvia es elegir un material más fuerte, pero digamos que esa no es la opción por cualquier razón.
La forma más común de fortalecer los materiales que se pueden usar para los polímeros es introducir otro material como agente de refuerzo. En general, hay dos formas de hacer esto: refuerzo de partículas y refuerzo de fibra.
El refuerzo de partículas es cuando se agregan pequeñas partículas de otro material al polímero, esto hace que sea más difícil que las cadenas de polímero se muevan bajo carga, lo que hace que el material sea capaz de resistir más estrés antes de sufrir una deformación permanente (también conocido como su límite elástico aumenta ) El refuerzo de partículas generalmente no es tan efectivo como el refuerzo de fibra para aumentar la resistencia.
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El refuerzo de fibra es cuando se colocan hebras de otro material en el polímero. Gran parte de la carga se puede transferir a las fibras por sí misma, lo que significa que se puede poner más carga sobre el material antes de que falle, ya que las fibras y no el polímero están tomando la carga. Las fibras en este tipo de material pueden ser fibras cortas orientadas al azar (también conocidas como hebras cortadas) o fibras largas y continuas. Las fibras continuas suelen ser las mejores para obtener la mayor resistencia, pero suelen ser más caras que las fibras cortadas. Las fibras continuas también pueden hacer que el material exhiba propiedades direccionales (la resistencia es diferente dependiendo de la orientación en la que se carga el material) que no siempre es deseable.
En general, el tipo de refuerzo que elija dependerá en gran medida de la intención de uso del material, ya que eso determinará cuánta resistencia necesita y el costo que está dispuesto a pagar por él.
