Intuitivamente, un flujo secundario es exactamente lo que parece: hay un flujo primario , que es el flujo dominante en el sistema, y luego hay un flujo secundario , que es menos dominante.
Si calculamos la dinámica de fluidos de algún sistema de una manera “ingenua”, usando solo principios básicos, ecuaciones simples y supuestos simplificadores, obtenemos el flujo primario.
Sin embargo, en la “vida real” la situación siempre es más complicada que eso, por lo que generalmente también debemos tener en cuenta un flujo secundario.
- ¿Cómo se produce el calor y la luz del sol y qué los produce? ¿El material que produce este calor y luz no se agotará algún día?
- ¿Qué pasará con la crema de afeitar en una lata a presión si la reviso como equipaje en un avión?
- ¿Es real la partícula de Dios?
- ¿Cómo era Arnold Sommerfeld como asesor de doctorado?
- ¿Cuáles son los tres hallazgos principales de la mecánica cuántica?
Diste varios ejemplos donde se usa el flujo secundario. Escojamos el que suena más misterioso: la “paradoja de la hoja de té”. Si agitas una taza de té, notarás que las hojas de té siempre terminan en el centro y la parte inferior de la taza, en lugar de a lo largo de los bordes y / o en la parte superior.
El flujo primario es solo la rotación alrededor del centro de la copa, que es lo más simple posible. El flujo secundario es mucho más complicado, pero también menos dominante. Se crea porque la presión es mayor a lo largo del borde de la copa que en el centro. En la parte superior del líquido, el flujo primario (rotación) es más fuerte, pero en el fondo de la taza, el flujo secundario (presión) se vuelve relativamente significativo y fuerza las hojas de té hacia el centro.
En la siguiente imagen, cortesía de Wikipedia, las líneas negras en la parte superior representan el flujo primario, mientras que las líneas discontinuas azules dentro del líquido representan el flujo secundario:
Como el flujo secundario es demasiado débil para vencer la gravedad y levantar las hojas de té hacia la parte superior, permanecen en la parte inferior y en el centro de la taza. Esta es la solución a la “paradoja”.