¿Puede el sacrificio del lenguaje explicar los dones de los sabios?

No es verdad. Daniel Tammet, por ejemplo, aprendió islandés en una semana para un documental, y tiene una gran facilidad con todo tipo de idiomas nuevos. Creo que la verdadera distinción está en las habilidades sociales, es decir, el uso apropiado del lenguaje en diferentes contextos con otros seres humanos. Tammet funciona muy bien, sin un déficit social muy obvio, pero es excepcional a este respecto, y casi todos los sabios tienen alguna forma de discapacidad del desarrollo (a menudo, pero no siempre, espectro del autismo) que causa problemas en las interacciones sociales. Entonces, el problema no es con el lenguaje como tal sino con la comunicación. Más específicamente, el déficit parece estar en la comunicación cara a cara: gran parte de su dificultad parece estar en el procesamiento de señales faciales y otras señales sociales no explícitas. Como resultado, muchas personas autistas, sabias o no, encuentran la comunicación en línea muy fructífera y liberadora.