Normalmente, las langostas viven principalmente vidas solitarias, masticando la vegetación en el área. Sin embargo, si la comida comienza a escasear, las langostas se verán obligadas a acercarse entre sí, lo que provocará una interacción física. Los entomólogos han descubierto que, si bien las langostas todavía intentan evitarse entre sí cuando se agrupan, inevitablemente se tocan, y si una langosta se roza en la parte inferior del fémur de las patas traseras una cantidad suficiente de veces, se les estimula a entrar en lo que se conoce como un “comportamiento de enjambre”, en el que hacen todo lo posible para mantenerse cerca de otros de su especie.
Por supuesto, la razón por la que se mueven en grandes cantidades se debe en gran medida al hecho de que se mueven de un grupo de vegetación a otro ya que la comida es escasa. Sin embargo, las langostas también son altamente oportunistas y no temen comerse otra langosta, viva o muerta. De hecho, los entomólogos han descubierto que si otra langosta choca con la rótula de las patas traseras de la langosta en el frente, esa langosta será estimulada para saltar hacia adelante una corta distancia.
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