En realidad, hay bastantes categorías de materiales que se queman sin usar oxígeno. La lista se puede ampliar si limita el “oxígeno” a oxígeno molecular (O2), porque hay una gran cantidad de óxidos y otros materiales que contienen oxígeno que pueden servir como oxidantes que apoyarán la combustión. Un gran ejemplo es el magnesio, que puede arder bajo el agua.
Otros ejemplos incluyen:
Intermetálicos: dos metales diferentes reaccionan entre sí para formar un nuevo compuesto donde uno es el oxidante y el otro el combustible.
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Termitas: donde un metal y un óxido metálico reaccionan entre sí, en donde el metal se oxida y el óxido metálico se reduce.
Muchos explosivos: muchos de estos se quemarán “internamente” incluso sin explotar, simplemente reorganizando los átomos dentro de la molécula para crear una estructura química más estable.
Muchos de estos ejemplos fueron ignorados por la comunidad de combustión durante muchos años porque no cumplían con el concepto clásico de combustión / llamas / fuego. Recientemente, sin embargo, se están presentando en conferencias técnicas convencionales sobre combustión.