Esta es una pregunta importante y más profunda de lo que parece.
Como aludió Alexander, ciertos rasgos pueden ser genéticamente heredados. Llamamos a estos rasgos culturales e influyen en la visión del mundo de una persona.
Si está buscando recuerdos específicos de un evento, es poco probable. Sin embargo, hay otro tipo de memoria que está arraigada en su propia naturaleza. Es memoria instintiva. Estos son recuerdos muy básicos, cómo respirar, cómo caminar, cómo dar sentido a sus sentidos.
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Esto puede parecer trivial, pero las diferencias son asombrosas. Los humanos tomamos una cantidad de tiempo no convencional para aprender a pararse y caminar, pero un ciervo bebé, de pie en 10 minutos caminando dentro de las 7 horas posteriores al nacimiento.
Ahora puedes decir, pero ese es un animal diferente, y tienes razón. Lo que demuestra el punto de que las diferentes especies de animales (desde humanos hasta ciervos) tienen diferentes memorias instintivas arraigadas “culturalmente”.
La siguiente pregunta es preguntar, ¿hasta dónde se extiende esto? Obviamente no compartimos recuerdos de las guerras napoleónicas. Sin embargo, todavía llevamos el equipaje emocional de nuestros antepasados.
Se realizó un interesante estudio sobre nuestros amigos los cuervos. Resulta que los cuervos pueden recordar rostros humanos y emociones. Un cuervo recordará a una persona específica y cómo esa persona se comportará hacia ella, ¿es una persona una amenaza? ¿Tienen comida? ¿Me ignorarán? Resulta que su reconocimiento facial es tan preciso que las personas hostiles que usan una máscara aleatoria, una vez que se quitan la máscara, el cuervo reconoce al hostil y actúa en consecuencia. Sin embargo, si se quita esa máscara aleatoria y se sabe que la persona que está debajo es amigable, el cuervo no reconoce ninguna amenaza y actúa en consecuencia.
¿Lo realmente fascinante? Tome estos mismos cuervos y haga que se apaguen y críen algunas crías sin contacto de los investigadores. Cuando los investigadores regresaron e intentaron realizar el experimento con los jóvenes no probados, estas nuevas aves que nunca antes habían estado en el experimento, inmediatamente comenzaron a reconocer a personas amigables o amenazantes específicas y actuaron como lo habrían hecho sus padres.
La conclusión es que de alguna manera los cuervos pudieron transmitir rostros específicos y señales emocionales a su descendencia.
Si bien está claro que no se comparten recuerdos completos, nuestros amigos los cuervos muestran que se transmite más que solo instintos cinestésicos.