Absolutamente. Ya tenemos varios materiales biocompatibles de Clase I en el mercado durante varios años, pero los materiales están aprobados por la FDA según el propósito para el que sirven y no según el componente de materia prima. Por ejemplo, tanto Stratasys como Formlabs tienen material biocompatible de clase I para uso dental (y NO para otros fines clínicos todavía).
La impresión 3D en cierto modo es parte de la cuarta revolución industrial que está ocurriendo en este momento. Presenta una forma completamente nueva de hacer objetos físicos que funciona con una informática más poderosa que nunca. Debido al proceso de diseño y fabricación digital integrado en la tecnología 3DP, cada vóxel en el objeto físico final es controlado / diseñado por computadoras. El potencial en el diseño solo se limita a la mente humana.
Además, con la disponibilidad de datos de imágenes médicas de alta resolución, ahora son posibles dispositivos médicos personalizados, desde prótesis hasta implantes. Esto hace que el material biocompatible sea extremadamente importante, porque un número limitado de materiales limitará lo que puede crear, ya sea desde una perspectiva estructural o desde una perspectiva de propiedad mecánica.
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Cuantos más materiales biocompatibles tengamos, más creativo uso tendremos con 3DP y, por lo tanto, más formas de salvar y ayudar a las personas.