Las compañías tecnológicas gastan €113M al año en hacer lobby sobre las políticas de la UE

Tech companies spend €113M annually lobbying EU policies.

Las empresas tecnológicas gastan más de €113 millones al año en hacer lobby sobre las políticas de toma de decisiones de la Unión Europea, según un nuevo estudio de la Organización Europea de Empresas (CEO).

Alarmantemente, el poder de lobby de la industria tecnológica también ha aumentado un 16,5% en los últimos años, pasando de €97 millones en 2021 a €113 millones en 2023.

En general, un total de 651 empresas intentan influir en la economía digital del bloque. Entre ellas, las grandes empresas tecnológicas dominan los esfuerzos, cavando más profundo en sus bolsillos que nunca.

Específicamente, Meta ocupa el primer lugar de la lista, habiendo aumentado su presupuesto de €5,75 millones en 2021 a €8 millones en 2023. En segundo lugar, Apple ha duplicado su inversión en lobby de €3,5 millones a €7 millones. Google ocupa el cuarto lugar con €5,5 millones y Microsoft el sexto con €5 millones. (Bayer y Shell ocupan el tercer y quinto lugar, respectivamente).

Meta también ocupa el primer lugar en número de lobistas con 17,05 equivalentes a tiempo completo (ETC). Google, Amazon y Apple emplean en promedio tres ETC más que en 2021.

El dominio de las grandes empresas tecnológicas persiste a pesar de un ligero aumento en el número de empresas que gastan en lobby. Las 10 principales corporaciones de la lista (que también incluyen a Amazon y Qualcomm) representan más de un tercio del gasto total del sector, alcanzando los €40 millones.

En contraste, el 75% de las empresas gastan menos de €200 000, y el 25% incluso menos de €5 000 euros.

Cabe destacar que las empresas con sede en Estados Unidos representan aproximadamente el 20% de los esfuerzos de lobby. Los países europeos, incluidos Reino Unido, Francia y Alemania, les siguen con un promedio del 10% cada uno. Mientras tanto, los gigantes chinos, como TikTok y Alibaba, representan menos del 1%.

Según la CEO, el creciente impulso de las grandes empresas tecnológicas para influir en las políticas de la UE a su favor está fuertemente relacionado con las recientes y próximas regulaciones exhaustivas del bloque, y no es difícil ver por qué.

El recién promulgado Acta de Servicios Digitales (DSA) y el Acta de Mercados Digitales (DMA) apuntan directamente a los gigantes tecnológicos, diseñadas para frenar varios aspectos esenciales de su modelo de negocio, incluida la moderación de contenido, la publicidad dirigida y las prácticas de monopolio y competencia desleal.

Al mismo tiempo, se espera que el próximo Reglamento de Inteligencia Artificial presente otra preocupación para las empresas tecnológicas, que tendrán que construir y desplegar sus sistemas de inteligencia artificial basados en reglas estrictas, especialmente cuando se trata de la inteligencia artificial de propósito general (altamente rentable).

Aunque parece que las grandes empresas tecnológicas han perdido las batallas del DSA y el DMA, aún les queda algo de tiempo para gastar uno o dos millones antes de que entre en vigor el Reglamento de Inteligencia Artificial.