Los científicos sabían sobre la radiación cósmica (no debe confundirse con la radiación de fondo de microondas cósmica) cuando comenzó la exploración espacial. Radiación cósmica: partículas elementales, núcleos y radiación electromagnética de origen extraterrestre. Una breve “línea de tiempo” muestra esto:
En 1785, el físico francés Charles Augustin de Coulomb (1736–1806) hizo tres informes sobre electricidad y magnetismo a la Real Academia de Ciencias de Francia. Su tercer artículo describió un experimento con un equilibrio de torsión, que mostró que el dispositivo se descargaría espontáneamente debido a la acción del aire en lugar del aislamiento defectuoso.
En 1850, el físico italiano Carlo Matteucci (1811-1868) y luego el físico británico William Crookes (1832-1919) en 1879 mostraron que la tasa de descarga espontánea disminuía a presiones atmosféricas más bajas. La búsqueda de una explicación de la naturaleza de esta descarga espontánea allanó el camino para el descubrimiento de los rayos cósmicos, partículas de alta energía del espacio exterior.
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El científico austríaco Victor Hess (1883–1964) descubrió por primera vez la existencia de rayos cósmicos después de un vuelo en globo a gran altitud el 7 de agosto de 1912. En los 100 años transcurridos desde entonces, los investigadores han aprendido mucho sobre estas partículas altamente energéticas, que constantemente bombardean Tierra desde el espacio exterior. Pero quedan preguntas importantes, incluso de dónde provienen exactamente. Ahí es donde entra el emblemático vuelo en globo de Hess en 1912. A una altitud de 5.300 metros, midió los niveles de radiación ionizante aproximadamente tres veces más que los que se ven en el suelo. Hess concluyó que esta radiación está penetrando la atmósfera de la Tierra desde el espacio exterior, una idea que le valió el Premio Nobel de Física en 1936.
El 4 de octubre de 1957, la Unión Soviética lanzó con éxito el Sputnik I, el primer satélite artificial del mundo.
Me parece que hasta ahora no se encontró nada gravemente erróneo. De hecho, la fuente de los rayos cósmicos ha permanecido misteriosa incluso hoy. Los científicos no están seguros de qué fenómenos cósmicos están acelerando las partículas a sus velocidades fantásticas.
Rayos cósmicos | Plazos del CERN