¿Con qué precisión se puede estimar la edad de alguien a partir de una muestra de ADN?

Los científicos forenses tienen una nueva herramienta para ayudarlos a reconstruir las identidades de las personas en la escena del crimen, al menos el tipo de escena del crimen donde las cosas se pusieron físicas. Los investigadores holandeses han ideado un método para estimar la edad de una persona sospechosa o desaparecida simplemente examinando la sangre recolectada en la escena, incluso si esa sangre no es particularmente fresca.

La prueba no es perfecta; es decir, tiene un margen de error de nueve años en cualquier dirección. Pero en los casos en que la policía está tratando de construir un perfil de una persona desconocida, la prueba puede reducir las posibilidades a una cohorte generacional que abarca aproximadamente dos décadas. Los intentos anteriores de hacerlo han demostrado ser inexactos, pero este intento de derivar un rasgo fenotípico humano de la información del ADN es al menos tan exacto, si no más, que otros métodos de creación de perfiles, como un medio similar para determinar el color de los ojos a partir del ADN.

La ciencia enciende un cierto proceso molecular ligado a las células T en la sangre. La capacidad de las células T para reconocer amenazas externas depende de la diversidad de receptores que coinciden con las características encontradas en los invasores. Esa diversidad se logra mediante una reorganización del ADN de las células T a lo largo del tiempo, un proceso que produce moléculas de ADN circulares distinguibles como subproducto. Esas moléculas disminuyen constantemente en número con el tiempo en correlación con la edad de la persona.

Al contar el número de estas moléculas circulares de ADN en una muestra y compararlo con la cantidad de otro gen de referencia que permanece constante a lo largo de la vida de una persona (como una referencia que compensa la cantidad variable de ADN en una muestra dada), los expertos forenses puede deducir, con una precisión razonable, la edad del dueño de la sangre.

El método no se utilizará como la coincidencia de ADN que vincula a un sospechoso definitivamente a la escena de un crimen, pero en situaciones donde las autoridades no tienen pistas sobre la identidad de una persona buscada o desaparecida, debería ayudar a la policía a construir un perfil más preciso de a quién buscan.