¿Qué hace el Departamento de Energía que no podría externalizarse al sector privado de manera más eficiente?

Por sector privado, supongo que te refieres a las personas que están en el negocio de la energía. La política energética es un factor enorme en la política actual. Si queremos hacer una política imparcial que sea la mejor para los contribuyentes y los consumidores, necesitamos la combinación correcta de fuentes de energía, y las reglas para decidir quién proporcionará la energía deben determinarse por métodos justos.
En primer lugar, el departamento de energía se ocupa principalmente de la energía nuclear y la política. La energía nuclear atrae bastante controversia por sí misma. Para una industria tan activa, no podemos transferir la responsabilidad de los funcionarios electos a individuos o corporaciones privadas por razones obvias.
Incluso si suponemos que la energía nuclear sola se mantiene en secreto, considere esto. En los Estados Unidos, la energía en sí misma es generada, transmitida y distribuida principalmente por compañías privadas o de propiedad de inversionistas. Si se les subcontrata la política energética (un conglomerado de proveedores de energía o una empresa consultora), el beneficio personal será más importante que el beneficio del contribuyente. De acuerdo, podemos incluir una gran cantidad de advertencias y condiciones en sus contratos y, en teoría, evitar cualquiera de estos problemas, pero las corporaciones se ganan la vida encontrando lagunas legales. No es lo mismo que permitir que las contribuciones de campaña afecten la toma de decisiones porque los proyectos de ley aún deben aprobarse en el Congreso, donde los miembros con intereses en conflicto deben comprometerse o perderlo todo, lo que “enfría” la legislación. Por estas razones, creo que la formulación de políticas es mejor dejarla en manos de gobiernos electos y organismos públicos.