Hay dos razones principales.
La primera es que cualquier trayectoria hacia otro cuerpo celeste no será una línea recta, sino más bien una curva o incluso una espiral. Todos los planetas se mueven (orbitan) de forma circular, por lo que para llegar a ellos, su trayectoria generalmente tiene que girar en espiral hacia afuera, alejarse del Sol o hacia adentro, hacia él.
La segunda razón es por la propia gravedad del Sol. Cuanto más una sonda está tratando de llegar a un destino más alejado del Sol (que la Tierra), más tiempo tiene la gravedad del Sol para “retroceder o tirar” sobre ella para reducir la velocidad.
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Para llegar a un destino más alejado del Sol que la Tierra, puede combatir el efecto gravitacional del Sol utilizando más combustible para la propulsión para resistirlo y superarlo, o puede aprovecharlo dejando que la sonda “caiga” hacia el Sol a lo largo de una trayectoria espiral en deterioro de una manera que puede ayudar a la sonda a ganar más impulso, y luego obtener un impulso aún mayor al pasar en espiral más allá de un planeta interno como Venus para la asistencia de gravedad. Dicha maniobra combina estos efectos para crear suficiente impulso para dominar la gravedad del Sol y crear una trayectoria en espiral hacia afuera sin usar cantidades significativas de combustible para hacerlo (cuanto más combustible ahorre para llegar a su destino, más durará la misión y más ciencia puedes hacer).
Si siempre tenemos que luchar contra la gravedad del Sol sin usar más combustible para hacerlo (que es lo que estás haciendo si tratas de usar la Tierra sin caer hacia el Sol en algún momento), el Sol eventualmente ralentizará la sonda hasta tal punto que puede llevar lo que parece una eternidad para que esa sonda llegue a su destino, o, eventualmente, podría dejar de girar en espiral hacia afuera y comenzar a regresar en espiral hacia el Sol nuevamente, sin llegar nunca allí.
Este video rápido de la ruta de vuelo de Cassini desde la Tierra hasta Saturno ofrece un buen ejemplo del impulso que se puede perder y recuperar en este “tira y afloja” gravitacional en el que una sonda realmente se mete con el Sol y los planetas.
Este es uno de los problemas que hay que tener en cuenta cuando miramos misiones tripuladas a planetas exteriores, como Marte. A las máquinas no les importa cuánto tiempo lleva llegar a Marte, Júpiter, Saturno, etc. Pero hace una GRAN diferencia para una persona.
Por esta razón, una misión tripulada a Marte tendría que ser más directa para hacer un viaje más corto y soportable para un astronauta, lo que significa usar mucho combustible para resistir la gravedad del Sol.