Hay tres grandes problemas que enfrentan los constructores y desarrolladores.
El primero es poder distinguir entre diseño “popular” y “bueno”. Los urbanistas y los concejales también suelen ser incapaces de comprender la diferencia.
El segundo problema importante es comprender que “valor por dinero” no significa “precio más bajo”. ¡Otro que los Consejos y desarrolladores usualmente encuentran difícil de comprender!
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El tercero es que los desarrolladores y los planificadores generalmente tienen poca o ninguna capacitación estética y no pueden distinguir entre la evaluación objetiva del diseño y la aplicación de la opinión subjetiva. Nuestro entorno construido es demasiado importante y a largo plazo para someternos a los caprichos a corto plazo de la ‘moda’.
La gran inversión realizada en construcción en términos de tiempo, recursos y energía hace que la tendencia actual de demoler edificios perfectamente funcionales y bien diseñados que tengan solo unos pocos años sea una farsa insostenible muy costosa. La solución sostenible sostenible es adaptar, encubrir y restaurar, etc.