Cómo saber si uno de esos momentos especiales es la imaginación común o la sinestesia pura

Las experiencias sensoriales que se clasifican como imaginación son experiencias mentales creadas que están bajo control consciente o son experiencias que resultan de algún tipo de error o ilusión perceptiva. La sinestesia no es ninguna de estas cosas. Es involuntario y espontáneo, no creado o iniciado por la mente consciente. La sinestesia no es una interpretación errónea o una percepción errónea del mismo tipo que un error o una ilusión perceptiva, porque cualquiera puede ser víctima de estas cosas, mientras que no todos son sinestésicos. Esencialmente, la sinestesia involucra conexiones mentales idiosincrásicas pero altamente estables y confiables en las que un estímulo sensorial o conceptual desencadena la experiencia habitual además de una experiencia idiosincrásica adicional, que puede o no ser sensorial. Entonces, la imaginación podría estar pensando que una pieza musical en particular huele a violetas, mientras que la sinestesia estaría oliendo a violetas cada vez que uno escucha esa pieza musical en particular, y no necesariamente espera la experiencia cuando sucede porque solo sucede por un momento y lo olvidas cada vez.

Iré con “mezcla”.

El lenguaje da una falsa impresión de que los fenómenos mentales están categorizados y compartimentados. No hay razón para esperar que exista sinestesia o imaginación en forma pura: son aspectos del funcionamiento de un cerebro completo. La sinestesia sería una correlación entre las actividades involucradas en diferentes aspectos de los sentidos; podría ser el resultado de enlaces o conexiones adicionales, transferencia dinámica de información o mecanismos compartidos de codificación. La imaginación, del mismo modo, podríamos considerar un proceso cognitivo que utilice cualquier otra capacidad que pueda ser reclutada y participar.