¿Por qué los metales nobles son raros?

La rareza de los metales nobles, hasta donde sabemos, no tiene nada que ver con su nobleza. En otras palabras, la estabilidad nucleosintética no tiene nada que ver con la estabilidad electroquímica. Pero es la combinación de su rareza y su nobleza lo que hace que sean preciosos.

La rareza de los elementos en la Tierra está determinada por la abundancia de esos elementos en la superficie estelar que eventualmente formó nuestro sistema solar. Una vez que el sol y los planetas seguían siendo nubes de gas, pero pequeños trozos de roca (más como polvos, en realidad) se atraían lo suficiente como para que su gravedad eventualmente arrastrara toda la materia a su alrededor en un planeta. A su vez, los elementos allí creados se crearon durante la vida de una estrella anterior, hace mucho tiempo, en el proceso de nucleosíntesis estelar: a medida que el combustible de hidrógeno de una estrella se agota, se convierte en elementos superiores. Algunos de esos elementos, debido a su estructura nuclear subyacente, son más estables y, por lo tanto, más comunes que otros. En general, los elementos antes del pico de hierro son bastante comunes.

De hecho, los metales nobles no están solos en su rareza. Por ejemplo, hay menos rutenio, rodio y telurio en la corteza terrestre que el oro. Su preciosidad, entonces, se debe a la combinación particular que mencioné al principio: son nucleosintéticamente inestables, haciéndolos raros y electroquímicamente estables, haciéndolos resistentes al deslustre u oxidación.

(Aun así, el precio no siempre está relacionado con la rareza. De hecho, hubo un período en la historia, antes de que se desarrollara el proceso Hall-Héroult para purificar el mineral de aluminio, ¡cuando el aluminio era más caro que el oro!)